martes, 22 de junio de 2010

Ferran Adrià y Francisco Torreblanca, doctores Honoris Causa por la UPV



El cocinero Ferran Adrià y el maestro pastelero Francisco Torreblanca fueron investidos este lunes como doctores Honoris Causa por la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), en una ceremonia presidida por el rector Juan Julià y que tuvo lugar en el Paraninfo de esta institución académica.

En el solemne acto de investidura Adrià y Torreblanca estuvieron acompañados por sus respectivos padrinos: Jaume Coll, doctor del Departamento de Filología de la Universidad de Barcelona, gastrónomo y gran conocedor de la trayectoria del chef catalán, y Javier Martínez, doctor del Departamento de Tecnología de Alimentos de la UPV y director del Grupo de Investigación e Innovación Alimentaria (Cuina), respectivamente.

La UPV resalta el 'espíritu creativo, la ilusión por su trabajo, la tenacidad y la constancia' como cualidades que comparten Torreblanca y Adrià, que suponen 'todo un ejemplo a seguir para los estudiantes'. 'Son los dos profesionales, cada uno en su campo, en la repostería y en la cocina, que más reconocimiento tienen a nivel mundial, y uno de ellos de la Comunitat Valenciana'.

En su laudatio, Martínez resaltó la "intensa capacidad de actualizar la tradición sin perder nunca sus raíces" de Torreblanca, así como su "visionaria voluntad de aplicar toda su experiencia y conocimiento de la pastería artesanal a otros entornos más tecnológicos e industriales".

"Cualquier genialidad puede salir de la mente creadora de Paco Torreblanca. Ha inventado postres revolucionarios con especias, regaliz, piña colada...", y "una de sus más legendarias creaciones es un postre con chocolate, manzana cocida al vapor con miel y crema de azafrán", resaltó. "Desarrolla más de un centenar de diferentes variedades de bombones", entre ellos salados para aperitivo, agregó.

Por su parte, Jaume Coll resaltó las aportaciones de Adrià que han tenido más repercusión mundial que, según dijo, no tienen que ser necesariamente las mejores, como las espumas, la gelatina caliente, el aire y la liofilización. "Como todos los grandes creadores de cualquier campo artístico (pintura, escultura, arquitectura, escritura o música) deja una huella indeleble para los cocineros actuales y previsiblemente para los del futuro, porque ha asentado las bases de la cocina del siglo XXI", añadió.

Previo al acto académico, Adrià y Torreblanca ofrecieron una rueda de prensa en la que el chef catalán indicó que en una época de crisis como la actual es el momento de que pequeños y grandes empresarios den "un paso adelante" y pongan en marcha medidas de responsabilidad social para "ayudar". Miientras, el maestro pastelero Paco Torreblanca destacó que no es momento de "rasgarse las vestiduras", sino de "adaptarse a la situación, seguir trabajando y creyendo en lo que tenemos".

Torreblanca subrayó que la posición que ha alcanzado la repostería española en el ámbito mundial ha estado "propiciada por el tirón de Ferran Adrià y sus ideas", que han actuado de "revulsivo" y han permitido separar ambas artes. No obstante, indicó que el sector pastelero no puede "bajar la guardia" y debe "seguir generando cimientos" para continuar consolidándose como un referente internacional.

Este empeño es especialmente significativo en el contexto actual de crisis, que no debe paralizar el sector, según detalló el maestro pastelero alicantino, sino "acometer ciertas reestructuraciones obligatorias" para adaptarse a las circunstancias "sin bajar en ningún caso la calidad del producto". "No debemos rasgarnos las vestiduras y pensar que todo ha acabado. Para salvar un brazo, a veces hay que cortar un dedo", sentenció.

Adrià, por su parte, indicó que estamos en un momento en el que "cuando uno tiene lo que tiene que tener, toca ayudar a los demás" y que es tiempo de "mejorar la eficacia y aprovechar las sinergias" en muchas actividades. A su juicio, el futuro de la alta cocina pasa por el modelo de negocio "informal", que destierra las comidas de tres horas por una mayor rotación de clientes y permite "comer productos naturales a un precio razonable". "Lo bueno es que no tenemos que inventar nada, porque las tapas ya existen", apuntó.

LA IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN

Por otra parte, el cocinero hizo especial hincapié en la necesidad de educar a la sociedad desde edades tempranas sobre la importancia de seguir una alimentación saludable, por lo que instó a las administraciones a implantar una asignatura sobre 'Salud y Alimentación' obligatoria. "Si nos enseñaran esto desde pequeños, habría menos gente que iría a los 'fast-food' o estos tendrían una mayor calidad", consideró.

Además, insistió en que una buena alimentación no está reñida con el presupuesto familiar porque "se puede comer muy decentemente a un precio decente, pero el problema es que no se quiere cocinar", afirmó Adrià, quien confesó que él mismo cocina en su casa platos sencillos "en media hora y viendo la televisión".

Por otra parte, Adrià y Torreblanca coincidieron a la hora de señalar la importancia de la gastronomía española como reclamo turístico, ya que, según el repostero, "la gente ya no viene sólo por el sol" y "cuanta más calidad de demos, mejor".

Por último, Adrià, tras una pregunta de un periodista, destacó que El Bulli no cierra, sino que "se transforma".

TRAYECTORIA

Ferran Adrià ha recogido, recientemente, el premio al mejor cocinero de la década en Londres, según el jurado de la revista The Restaurant Magazine, formado por más de 500 especialistas. Natural de L'Hospitalet, su relación con el restaurant el Bulli se inició con un stage en 1983. Emprendedor, innovador y vanguardista en los fogones, ha llevado la gastronomía española hasta lo más alto. Es doctor Honoris Causa de la Universidad de Barcelona y de la Universidad de Aberdeen, en Escocia.

Francisco Torreblanca, natural de Villena, pasó su infancia en París, donde trabajó en una pastelería durante nueve años. Al volver a España abrió su propia pastelería, en 1978, en Elda: 'Totel'. Distinguido como mejor maestro artesano pastelero de España y de Europa, es autor de numerosos libros de postres. Fue el autor de la tarta nupcial de la boda de los Príncipes de Asturias en 2004.

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